Colombia atraviesa horas de alta tensión política tras un nuevo enfrentamiento entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quienes cruzaron acusaciones en medio del clima de dolor y polarización que dejó la muerte del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.

La acusación de Uribe
Uribe, a través de un mensaje público, insinuó que el Gobierno habría tenido algún grado de responsabilidad en el atentado que sufrió Miguel Uribe el pasado 7 de junio en Bogotá, durante un mitin político. El expresidente sugirió que desde sectores cercanos a la administración de Petro se habría instigado el crimen, lo que desató una ola de reacciones en la opinión pública.

La respuesta de Petro
El presidente no tardó en responder. En una declaración fuerte, Petro rechazó los señalamientos y acusó a Uribe de alimentar un clima de odio en el país:
“Expresidente Uribe, deje de sembrar odio. No juegue con el dolor de los colombianos ni con la memoria de Miguel Uribe. Este país necesita verdad y reconciliación, no más discursos que dividen”, expresó Petro.
Contexto político del choque
La muerte de Miguel Uribe, ocurrida el pasado 11 de agosto tras 65 días de agonía, ha marcado un antes y un después en la campaña presidencial de 2026. El hecho no solo conmocionó al país, sino que reabrió la discusión sobre las garantías para los candidatos y la capacidad del Estado para proteger a las figuras políticas en contienda.
El intercambio entre Petro y Uribe refleja el pulso permanente entre ambos líderes, quienes representan polos opuestos en la política nacional. Mientras Petro busca mantener el control del relato sobre seguridad y gobernabilidad, Uribe intenta posicionarse como la voz crítica frente al Gobierno en un momento de profunda incertidumbre.
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