Una pequeña porción de tierra en medio del río Amazonas amenaza con encender una disputa internacional. Santa Rosa, una isla que no existía cuando se firmaron los tratados fronterizos entre Colombia y Perú (Salomón–Lozano de 1922 y Protocolo de Río de Janeiro de 1934), ha surgido debido a los cambios naturales en el cauce del río.
El conflicto estalló cuando Perú aprobó una ley que le otorga jurisdicción plena y autoridad administrativa sobre la isla. Colombia respondió acusando a Lima de ocupación unilateral y recordando que, según los acuerdos vigentes, la soberanía de cualquier nuevo territorio debe definirse de forma consensuada y siguiendo el thalweg —el canal más profundo del río— como línea de frontera.

Las tensiones ya se han materializado en el terreno: ingreso de policías colombianos, sobrevuelos militares y protestas diplomáticas cruzadas. El presidente Gustavo Petro advirtió que, si no hay solución bilateral, el caso podría terminar en tribunales internacionales. Mientras tanto, Perú refuerza su presencia militar y administrativa en la zona, dejando claro que no piensa retroceder.
Expertos advierten que, si no se activa pronto una comisión binacional para negociar, esta pequeña isla podría convertirse en el epicentro de un conflicto que ponga a prueba las relaciones entre los dos países.
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