En Soacha, cada lluvia se convierte en emergencia. Zonas como San Mateo, Compartir, Quintanares y Terreros enfrentan desastres repetitivos: inundaciones, deslizamientos, colapso de vías y la ausencia total de soluciones por parte de la administración municipal.
La lluvia ya no es una simple condición climática: es una amenaza constante para miles de familias. Y lo más grave no es el agua, sino la falta de acción del gobierno local, que no previene, no mantiene, no interviene.
San Mateo: calles internas sin drenaje ni atención
En San Mateo, uno de los sectores más habitados del municipio, varias de sus calles internas colapsan cada vez que llueve. Las inundaciones dificultan el paso de peatones, afectan el comercio local y ponen en riesgo a motociclistas y conductores.
Pese a ser una zona densa en población, no hay presencia institucional efectiva, ni obras para mejorar el sistema de drenaje ni limpieza estructural de sumideros. La comunidad reporta emergencias constantes sin atención real por parte de la Alcaldía.

Compartir: entrada y salida anegadas cada vez que llueve
El sector de Compartir enfrenta uno de los problemas más graves de movilidad en temporada de lluvias. La entrada y salida del barrio se inundan con frecuencia, generando caos vehicular, riesgos para transeúntes y afectación directa al transporte público y escolar.
Esta vía principal es clave para la conexión con otras zonas del municipio, pero la falta de obras pluviales y canalización hace que se convierta en un punto crítico. La administración ha sido informada en repetidas ocasiones, pero no ha ejecutado soluciones definitivas.
Quintanares: laderas inestables, basura y riesgo de deslizamientos
n Quintanares, el problema va más allá del agua. Los deslizamientos de tierra y basura amenazan a las familias que viven cerca de las laderas. Cada aguacero remueve toneladas de residuos acumulados, obstruye pasos peatonales y pone en peligro viviendas.
La Alcaldía no ha hecho estabilización de suelos, ni mantenimiento de canales naturales, ni limpiezas preventivas. El riesgo es constante y la única respuesta es la indiferencia.
Terreros: el agua entra hasta las casas
Terreros sufre de inundaciones frecuentes que afectan calles, viviendas y comercio. Las alcantarillas colapsan, las aguas negras se desbordan, y muchas familias pierden sus pertenencias cada vez que llueve.
La falta de un sistema de recolección de aguas lluvias eficiente ha hecho de este sector un punto recurrente de emergencia. Las autoridades locales, lejos de actuar, se limitan a enviar ayudas temporales sin atacar el problema de fondo.
Una administración sin obras ni estrategia
El alcalde Víctor Julián Sánchez Perico ha sido incapaz de plantear una solución técnica, operativa o estratégica frente a un problema que es público, visible y denunciado repetidamente. No hay plan maestro de drenaje, no hay obras de contención, no hay intervención seria.
Mientras la gente pierde sus muebles, sus días y su tranquilidad cada vez que llueve, la Alcaldía guarda silencio. Y Soacha, literalmente, se sigue ahogando.
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